Bueno, este capitulo lo dividí en dos partes. Espero que no les resulte una molestia. Observé que cuanto más escribía y más largo se hacía, al no haber como una separación o página se cargaba la lectura y por comodidad los capítulos que superen las 5 páginas las divido en dos partes, de tres o cuatro páginas por parte. Si hay quejas díganlo y lo dejo como estaba, un saludo.
Capitulo
15. Parte 1. “Te espero en le parque”.
Se
iba acercando la tarde y el sol ya estaba bajando muy lenta y
suavemente desde lo alto. Daniel estaba esperando la llamada de
Shara, pero, al ver que era algo tarde y que aunque no tuviese hambre
algo había que comer, esperando no molestar con ello, entró de
nuevo en la cocina y miró el reloj que había en ella. La verdad es
que con el lio de las botellas de alcohol rotas no se había fijado
bien en lo que le rodeaba, pero ahora que pretendía cocinar podía
ver bien aquel lugar, como estudiándolo milímetro a milímetro.
Suspiró y rebuscó un poco para encontrar una olla y el aceite. La
verdad es que era una cocina amplia y bastante moderna por decirlo de
algún modo. Todo se reducía a una gama de colores blancos o claros
y al color metálico de algunas cosas. Se puso manos a la obra y
mirando donde podía estar la pasta la halló en una especie de
despensa. Cogió la cantidad que necesitaba y comenzó a poner el
aceite en la olla. A su vez sacó luego una sartén, busco algo de
carne picada en el frigorífico sonriendo al ver que si había y con
ello comenzó a hacer sus espaguetis con carne.
Tras
un rato cocinando y después de limpiar cuanto ensució y guardar
todo en su lugar como acostumbraba a hacer en su casa, salió de la
cocina y se fue al salón buscando a aquella chica, Camile.
-Mmmm,
esto, Camile, ¿tienes hambre?. -Preguntó Daniel.
-Si,
un poco, ¿por?. -Respondió Camile bastante alegré de que le
hablara Daniel.
-Pues...
me entró hambre, y no sabia si habrás comido tu o tus padres, pero
hice algo de comida para todos, incluso para tu hermano, por si
acaso, es más bien por si quieres comer... la mesa esta lista en
nada. -Dijo algo cortado Daniel.
-Claro,
claro, tranquilo. -Le respondió enérgicamente Camile con una
sonrisa.- Ya voy a la cocina.
-De
acuerdo. -Dijo Daniel con una leve sonrisa.
Tras
esto volvió a la cocina, poniendo cubiertos para todos, pero dejando
todos los platos vacíos, todos menos uno para el y otro para Camile.
En cuanto acabó no le hizo falta salir para llamar a Camile, estaba
ya en la puerta de la cocina mirándolo con una sonrisa de tonta en
la boca.
-A,
estas ahí, iba a ir a avisarte. -Dijo algo cortado Daniel sentándose
en la que por lo visto era su silla.
-No
pasa nada. - Dijo Camile con una gran sonrisa sentándose frente a
Daniel y cogiendo el tenedor que tenía a su lado comenzó a probar
la comida.
-Espero
que te gusté... No es nada de otro mundo. -Susurró antes de
comenzar a comer él.
-¡¿Estas
bromeando?!. -Respondió de golpe Camile.- Si están buenísimos.
-Dijo con una sonrisa enorme.
-De...
¿De verdad?. -Susurró Daniel.
-Si,
en serio, están muy buenos. -Le dijo Camile con mucho agrado.
-Me
alegro. -Dijo Daniel comenzando a comer de nuevo, hasta que de golpe
sonó el móvil, era Shara.- Perdón, me llaman, sigue comiendo,
ahora vengo. -Dijo Daniel mientras salia de la cocina cogiendo la
llamada.
Camile
le miró algo apenada y a la vez alegré de estar comiendo con él.
Daniel
salió hacia el pasillo llegando al comedor mientras respondía a la
llamada de Shara con mucho agrado y esperando que le diera una buena
noticia.
-¿Si
cariño?. -Dijo Dani al responder a la llamada.
-Bobo
que me pones roja... -Dijo bastante enrojecida al oír la voz de Dani
decir “cariño”.
-Se
siente pequeña. -Respondió cariñosamente.
-He
hablado con mi madre... y no me dejaba, pero de golpe mi tío
insistió en llevarme y puedo ir cielo, así que nos podemos ver.
-Dijo muy ilusionada Shara.
-¡Bien!.-
-Respondió sin ocultar la emoción Daniel.
-¿Nos
vemos en el parque que hay cerca de la estación?. Así vamos juntos
al lugar y no te me pierdes cielo. -Propuso con una voz dulce Shara.
-Pues
claro cariño. -Le respondió con una tonta sonrisa en la boca.
-Vale
cielo, pues a las cinco en el parque de la estación, que es pequeño
y me llegas sin perderte. Hay te espero, ¿va?. -Dijo Shara.
-Vale
cariño, no llegaré tarde. -Dijo ilusionado Dani.
-Vale
bobito, cuelgo ya que si no se queja luego mi madre de las llamadas,
lo siento. -Dijo con algo de pena.
-No
pasa nada tontita, nos vemos en un ratito, ¿va?. Sonríe anda, que
con una sonrisa en la boca estas más linda. -Susurró Daniel.
-Tonto,
ya me has puesto idiota... va, nos vemos a las cinco ee, te quiero.
-Dijo Shara.
-Y
yo a ti boba. -Le respondió Dani y luego esperó a que colgara con
cara de tonto.
Cuando
colgó volvió a la cocina y encontró a Camile con el plato casi
vacío, como esperándole para acabárselo.
-Lo
siento, era importante. -Dijo sin más Daniel mientras se sentaba de
nuevo.
-No
pasa nada, esperaba y ya esta. -Sonríe Camile.
Daniel
se mordió el labio moviendo levemente la cabeza en señal de
negación mientras volvía de nuevo a comer, mientras Camile comía
algo más despacio, medio mirándolo de vez en cuando.
Estuvieron
un rato así, hasta que ambos acabaron y Daniel cogía una pieza de
fruta, una manzana, y comenzaba a morderla tras lavarla antes un
poco. Camile simplemente le observaba hasta que volvió a preguntar.
-Oye,
¿seguro que no quieres venirte conmigo y unos amigos y amigas esta
tarde?. -Dijo con algo de esperanza en que dijera que sí.
-Si
quieres puede que otro día... -Susurró Daniel.- Es que esta tarde
he quedado ya... Por eso era importante la llamada.- Dijo esto ultimo
con una alegría por dentro que no podía ni explicar.
-Vaya...
Vale... Te tomo la palabra. -Dijo Camile algo desilusionada. Hubo un
incomodo silencio y de golpe soltó.- Bueno voy a arreglarme... que
en un rato me voy, cuídate, si necesitas algo estoy en mi
habitación, ¿vale?.
-De
acuerdo, pásalo bien esta tarde anda. -Sonrió Daniel.
Camile
simplemente sonrió asistiendo y se fue a la ducha. Mientras Daniel
se puso a remover la pasta y a servirla en sus platos para que no
quedase pastosa y pegada.
Jaime
estaba ya de regreso y en cuanto Daniel se dispuso a salir de la
cocina para ir a la habitación entró Jaime con un macuto deportivo,
por lo visto de su hijo. Lo dejó caer al lado de la puerta y
resoplando se acercó a la cocina, y al ver a Daniel se acordó de la
comida y que había tenido al chico sin nada que tomar ni le explicó
nada.
-Daniel,
hijo, lo siento, ¿tienes hambre?. Es que se me pasó... -Susurró
Jaime.
-Tranquilo
señor, comí hace un rato, y su hija Camile también, que llego hace
una hora o así. Hice la comida y les dejé un plato a usted, su
mujer y su hijo, espero que no moleste... -Susurró Dani.
-No,
no, tranquilo, me has salvado de una bronca con mi mujer por no tener
la comida preparada al haberla preparado tu. -Dijo soltando una
risa.- Mi hijo esta con mi mujer subiendo unas bolsas que han traído.
Luego cuando todos coman te presentaré al resto de familia que no
conociste. ¿Tienes algún plan hoy?.
-La
verdad es que... Me llamó mi novia, y bueno... me preguntaba si me
podría dejar salir un rato esta tarde con ella y de paso veo un poco
la ciudad.- Dijo con timidez Daniel.
-Claro,
no te preocupes, mientras no estés en horario de trabajo y sea un
día libre o sea tu tiempo libre puedes salir siempre que cumplas las
normas de esta casa respecto a horarios y comportamiento. -Respondió
con seriedad y cierta bondad de padre Jaime.
-Gra...
Gracias. -Dijo con una gran sonrisa mientras se retiraba a su
habitación.
Mientras
tanto Emma y Bratt habían acabado de comer y estaban ambos en la
habitación de Emma. La madre de esta se había ido a descansar un
poco y a hacer su “siesta veraniega” como la llamaba ella, por lo
que a lo tonto estaban solos por así decirlo.
-Bueno,
¿esta tarde que vamos a hacer por hay?. -Dijo Bratt interesado.
-Pues...
No sé, lo de siempre. -Dijo Emma medio suspirando dejándose caer en
su cama medio recostada.
Bratt
se fijó en ella un poco, bueno, un poco bastante algo sonrojado.-
Bueno al menos estaré contigo... -Susurró Bratt.
Emma
enrojeció de golpe con una leve sonrisa y se sentó de nuevo en le
borde de la cama sin saber que decir.
-Que
mona estas cuando te sonrojas. -Dijo Bratt sacandole la lengua.
-Idiota...
-Respondió Emma aun más roja dándole levemente un manotazo en el
brazo.- Idiota pero bonito... -Susurró al final.
-Boba...
-Dijo Bratt rojo.
Emma
se le acercó y beso su mejilla muy lentamente y luego se sentó de
nuevo bastante alegre moviendo los pies en el aire, y cuando Bratt se
iba a lanzar a devolverle en el beso y decirle lo que sentía sonó
el móvil de Emma. Era un mensaje, pero aun así sonó.
Cogió
el móvil y miró el mensaje, era de Shara, y mientras leía el
mensaje le llegó otro, por lo visto de Camile.
-Madre
mía como están las dos... -Suspiró Emma mientras releía ambos
mensajes.
¿Qué
estaría pasando?. ¿Qué decían esos mensajes?. La tarde se
acercaba rápidamente y lo que nadé se esperaba menos posiblemente
nosotros sucedería. ¿Pero que exactamente?.
Pronto
muchas cosas se revelarían a todos.